La Operación Gladio fue una operación secreta de la OTAN durante la Guerra Fría, diseñada para crear «ejércitos de retaguardia» en países europeos, con el objetivo de resistir posibles invasiones soviéticas. Esta operación está bien documentada, pero se ha alegado que algunos elementos involucrados pudieron haber participado en actos de terrorismo doméstico o manipulación política.